LA BODEGA
Y EL VIÑEDO
Respeto
La pasión por el vino nos devuelve a este valle.
Nuestro deber es respetar el suelo que hace posible el sueño.

La bodega, un rincón familiar
Desde Laguarres, en pleno Bal D’Isábena, trabajamos de forma respetuosa y en sincronía con el medio ambiente.
Nuestra bodega parte de unos terrenos y fincas que históricamente pertenecieron a la familia de nuestro viticultor y enólogo, Enrique Larruy, quien, en los últimos años, los ha recuperado para hacer realidad sus inquietudes vitivinícolas.
Viñedos a 700m de altura
Partiendo de viñedos pequeños, situados a más de 700 metros sobre el nivel del mar, hemos querido recuperar variedades propias de nuestra región, algunas poco conocidas, otras casi extintas, como la garnacha blanca o la moristel.
Son uvas que trasladan matices del paisaje
y de la tierra en la que crecen a los vinos que saldrán de su vendimia. Utilizamos variedades que tradicionalmente han sido buenas compañeras en la elaboración de vinos, pero que encierran un valor singular si se tratan en solitario.

Las fincas
Finca “El Plano“
De suelos arcillo-ferrosos y con mucha piedra, rodeadas de carrascas y robles, tenemos plantadas en secano la garnacha blanca y una parte del merlot. En el centro de la finca tenemos una vieja caseta de viñadores donde se protegían nuestros ancestros de las inclemencias del tiempo.
Finca “Irene“
Aunque en casa la llamamos la viña, la rebautizamos así el día que nació nuestra pequeña Irene. Antiguamente en este mismo terreno ya hubo plantada viña. Su cultivo no requiere prácticamente tratamientos ni intervenciones y los vinos que salen de esta finca, la garnacha tinta y el rosado, nos sorprendieron a nosotros mismos por su frescura y aromas.
Finca “La Torre“
Quizá es la finca a la que más cariño tenemos y que más historias nos recuerda. La llamaban La torre o Castesillo, ya que por los alrededores hay una gran cantidad de pequeñas construcciones con forma de castilletes y torres de piedra.
En ella hemos plantado una de nuestras variedades preferidas, la chardonnay, y una pequeña parte de riesling. Al estar en la parte más alta del valle y en ladera, evitamos las heladas de primavera que tantos sufrimientos nos generan en el valle del Isábena. Hemos respetado los viejos olivos centenarios y los almendros presentes en la finca para preservar la biodiversidad.
Finca “Los Nogales“
Tres grandes y antiguos nogales que producen unas deliciosas nueces cuidan de esta finca. Es pequeña en extensión, pero a nuestro gewürztraminer le encanta esta tierra. Madura muy despacio y crece con muy buen vigor. Como en el resto de fincas, las aves merman algo la cosecha ya que cuando esta variedad madura tiene unos granos de uva de color rosado que les encantan.